"Marinálida común", Almáciga, 2016. Foto de Joseba Barrenetxea |
Si una fuera
infeliz como un pez
nadando por fuera del agua
con las escamas bien guardadas,
y usara
los trampolines
apenas como ascensores
o viera en la luna solo
una piedra blanca
en vez de almendras...
Si no llevara
una este corazón
de migas
extenso
como un pan con hambre
y supiera
enjaular el viento
inflando globos azules
para evitar los
pájaros...
Si no mantuviera
una bien abiertas las ramas
como el patio de los olivos
y dejara de hacer cosas raras
como rebuscar rosas por las guitarras
o perseguir regueros...
Si huyera una
siempre de los laberintos
como del miedo que parió a dios
y fuera condescendiente
-hasta los infiernos-
y perdiera
su carne
de identidad,
y usara sordina
¡¡¡Y NO GRITARA NUNCA!!!
Si no pudiera
una
ni ser
cabrera...
¿De qué demonias valdría?
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